Resolucion Concurrente Numero 99 del Senado de Puerto Rico

4 de marzo de 2008

Saludos a todos,

En los últimos meses hemos sido testigos del debate público que ha generado la Resolución Concurrente del Senado Numero 99. Para los que no han estado al tanto, esta resolución busca elevar a rango constitucional la institución del matrimonio. Mucho se ha dicho de este intento del Senado cuyo autor es el Senador Jorge De Castro Font. Varias organizaciones han expresado su posición al respecto tanto a favor como en contra de dicha resolución.

Para los que quieran ver la posición de los diferentes grupos pueden visitar:
http://www.oslpr.org/legislatura/tl2005/lista_ponencias.asp?r=RKS0099

En el día de hoy La Comunidad para el Desarrollo Humano Inc. (CODEHU) ha enviado a la Senadora Lucy Arce Ferrer su posición con respecto a la intención del Senado de Puerto Rico de elevar el matrimonio a rango constitucional. A continuación el texto de la carta enviada a la Senadora Arce. Esta carta también ha sido enviada al Consejo 363 del Movimiento Humanista y sera distribuida a las diferentes organizaciones de la Comunidad para el Desarrollo Humano en el mundo.

Estamos comprometidos con asegurar a cada ser humano el derecho a expresarse sin impedimentos basados en raza, color, sexo, orientación o preferencia sexual o afectiva, origen o condición social o económica, impedimento físico o mental, ni ideas políticas o religiosas. No podemos permitir que una minoría intente socavar la libertad de elección del ser humano actuando de mala fe y traicionando los más altos valores de nuestra democracia.

Carlos A. Román, Presidente
Comunidad para el Desarrollo Humano
Movimiento Humanista





TEXTO DE LA CARTA ENVIADA A LA SENADORA LUCY ARCE, PRESIDENTA DE LA COMISION DE GOBIERNO Y ASUNTOS LABORALES.


Hon. Lucy Arce Ferrer
Presidenta
Comision de Gobierno y Asuntos Laborales
Senado de Puerto Rico
El Capitolio
San Juan, Puerto Rico

Honorable Senadora Arce y demás miembros de la Comisión:

La exposición contenida en el presente documento tiene como base exponer la postura de la Comunidad para el Desarrollo Humano Inc. (Movimiento Humanista Internacional) CODEHU, en torno a la Resolución Concurrente del Senado Número 99, la cual tiene como proposito el enmendar la Constitución de Puerto Rico a los fines de elevar el matrimonio a rango constitucional.

CODEHU rechaza las intenciones de sectoresfundamentalistas de imponer el matromonio como principio constitucional. Esta intención contradice los mejores y mas propósitos humanistas del Nuevo Humanismo y la Constitucion de Puerto Rico.

Nuestra postura no es solo una concepción teórica sino de práctica social y criterios de acción con el fín de desarrollar un referente de organizción social humanista.

La Comunidad para el Desarrollo Humano es una Institución Social y Cultural sin fines de lucro y reconocida por las Naciones Unidas (ONU) desde el 1984. Está considerada como el frente social y cultural del Movimiento Humanista y promueve el cambio social y personal por medio de estudios y actividades que apunten a la superación de toda forma de violencia (física, sicológica, económica, racial y sexual) conjuntamente con acciones que desarrollen la solidaridad, la diversidad cultural y la lucha contra toda forma de violencia y discriminación.

En momentos en que las sociedades, organizaciones e individuos están en crisis, es válido preguntarse: ¿Deseo vivir?. Y si la respuesta es afirmativa, también es justo preguntarse: ¿En que condiciones?

Para nadie es hoy un misterio la situación de crisis que vive nuestra sociedad, producto de la acción cada vez más inhumana de un sistema que sólo potencia al individualismo y la obtención de dinero como lo más importante, un sistema donde el poder esta cada vez más corrupto e insensible a las necesidades de la gente. Un sistema donde, al mismo tiempo, las personas sienten la expresión de esta crisis en lo personal como una suerte de división interna, donde se va perdiendo paulatinamente el poder de decisión sobre la propia vida. ¿Quién no reconoce que muy a menudo hace cosas que no quiere, siente cosas de las que quisiera aliviarse y no puede, o piensa cosas que le angustian o atemorizan coartándole sus aspiraciones de vida? En definitiva, ¿quién no reconoce hoy que va perdiendo crecientemente el sentido y la coherencia, sin encontrar una salida valida que le devuelva la esperanza en que lograr una vida plena es posible? Se busca a la droga, el alcohol o el entretenimiento por ejemplo como salida, pero el vacío sigue por delante.

Así las cosas, aumenta el deterioro de la salud sicosocial de la población provocando un aumento de estados internos y corporales que nos alejan cada vez más del bienestar y la felicidad. Miles de estadísticas y estudios nos informan del aumento de la violencia, la depresión, la angustia y el temor, cuando no del aumento de las enfermedades sicosomáticas producto de las grandes presiones a que estamos sometidos. Sin embargo, sólo nos hablan de un diagnóstico que todos experimentamos diariamente y en ningún caso de cómo revertiremos esta ola de sin sentido. Más aún, aquellos que, por sus conocimientos y experiencia, están convocados a orientar a las personas en su comportamiento social y personal, para llevar una vida con sentido, sólo limitan a entregar dichas estadísticas y lucrar con el dolor y sufrimiento humano, anestesiándolo con acciones paternalistas y todo tipo de medicamentos a la moda. Lo que muestra, sin duda, su propia deshumanización y sin-sentido.

El Humanismo históricamente, ha defendido la libertad de conciencia y mantiene su oposición contra todo oscurantismo y en defensa de los mas altos valores humanos. Sin embargo, con el paso del tiempo, el Humanismo ha retrocedido frente a concepciones y practicas, que imponen otros valores, sobre el ser humano. Al imponer otros valores por encima del ser Humano se le subordina creando condiciones para su ulterior control o sacrificio. Por tanto, la condición humana es tal, que el encuentro inmediato con el dolor y con la necesidad de superarlo es ineludible.

Ha de pasarse de la pre-historia a la verdadera historia humana recién cuando se elimine la violenta apropiación animal de unos seres humanos, en este caso sectores religiosos fundamentalistas y personas que no tienen el mas mínimo respeto por la diversidad humana y el dolor y sufrimiento humano, por otros. No se podrá partir de otro valor central que el del ser humano, en sus realizaciones y en su libertad.

Así pues, la tragedia de estar sometido a condiciones físicas naturales impulsa al trabajo social y a la ciencia a nuevas realizaciones que superen dichas condiciones, pero la tragedia de estar sometido a condiciones sociales de desigualdad e injusticia impulsa al ser humano a la rebelión contra esa situación en la que se advierte no el juego de fuerzas ciegas sino el juego de otras intensiones como lo es el discriminar con un sector de la poblacion que no concurre con las ideas moralistas de religiosos fundamentalistas y homofobicos que recurren al poder del estado cuando ni ellos mismos han sido capaces de pastorear un pueblo.


Toda forma de violencia (Física, económica, racial, religiosa, sexual, e ideología) manifiesta o larvada, es motivo de denuncia para la Comunidad para el Desarrollo Humano. El Humanismo sostiene el fenómeno histórico-social y no natural del ser humano y también afirma la actividad de su conciencia transformadora del mundo y de si mismo, de acuerdo a su intensión. Así, el Humanismo pone por delante la cuestión del trabajo frente al gran capital, la democracia directa frente a la democracia formal, la cuestión de la libertad frente a la opresión, el sentido de la vida frente a la resignación. Porque el humanismo, se basa en la libertad de elección, posee una ética verdadera, así mismo porque cree en la intención y la libertad, distingue entre el error y la mala fe, entre el equivocado y el traidor.

De éste modo la Comunidad para el Desarrollo Humano fija su posición. Nos comprometemos con el momento actual en que vivimos y planteamos una larga lucha de transformación hacia una sociedad que como bien dijera la Asociacion Puertorriqueña de Estudiantes de Periodismo (APEP), "..asegure a cada ser humano el derecho a expresarse sin impedimentos basados en raza, color, sexo, orientación o preferencia sexual o afectiva, origen o condicion social o económica, impedimento fisico o mental, ni ideas politicas o religiosas." Esta transformación personal y social, verdadera y profunda no puede ponerse en marcha por imposiciones, por leyes externas o por fanatismos de cualquier tipo, sino por el poder de la opinión y de la acción conjunta de las colectividades.

Es fundamental que demos dirección al cambio inevitable que se adviene en nuestra sociedad, y no hay otra forma de hacerlo que empezando por uno mismo, dándole coherencia a la propia existencia, pensando, sintiendo y actuando hacia la misma dirección. Esa misma coherencia se logra en cuanto a la relación con otros; tratando a los demás como quisiéramos ser tratados. Esa unidad de pensamiento, sentimiento y acción, esa unidad en el trato que se pide con el trato que se da, son los ideales supremos que orientan a los humanistas y la Comunidad para el Desarrollo Humano.

La coherencia que se quiere lograr se plantea en dinámica, creciendo en influencia y no como los "oportunistas", quienes consideran que la mejor forma de sobrevivir es la aceptación de todo, la adaptación a todo, quienes piensan que aceptar todo siempre que provenga de quienes tengan el poder es un gran logro, pero es claro que su vida dependiente está muy lejos de lo que entendemos por coherencia.

Vemos como estos pseudo-moralistas pretenden a toda costa imponer sus principios morales cuando ellos mismos no han sido capaces de vivir a la altura de esos mismos principios. Estos mismos fundamentalistas son los primeros que entre sus filas tienen homosexuales en posiciones tales como pastores, diáconos y líderes de la Iglesia que viven una doble vida presentando una imagen de sepulcros blanqueados por fuera pero por dentro sumidos en el mismo comportamiento que ahora critican.

Recientemente un amigo mío fue expulsado de su casa por su padre solo porque su preferencia sexual chocaba con sus ideas moralistas. Podemos diferir de las ideas y posiciones de otras personas, pero llegar al punto de discriminar contra los propios hijos hasta el punto de negarlos tan solo por que no comparten las mismas ideas o principios es negar el principio de elección, es negar la intención y la libertad que tiene cada ser humano de decidir si quiere vivir, y en que condiciones hacerlo. Juzgue usted misma este cuadro y determine entre el error y la mala fe, entre el equivocado y el traidor.

El proceso de humanización tiende a la apertura del ser humano, tiende a la descentralización y a la desconcentración a favor de una coordinación entre particularidades sociales autónomas.

La acción de Humanizar es salir de la objetivización para afirmar la intencionalidad de todo ser humano y el primado del futuro sobre la situación actual. Esta lucha no es entre fuerzas mecanizas, no es un reflejo natural, es una lucha entre intensiones humanas y esto es precisamente lo que nos permite hablar de opresores y oprimidos, de justos e injustos, de héroes y cobardes.

La libertad humana, es la libertad de elección desde si se quiere vivir y en que condiciones se quiere vivir. Podemos revelarnos a una tiranía y triunfar o morir en el intento, podemos luchar por una causa justa o facilitar la opresión; podemos aceptar un modelo de vida o tratar de modificarlo. También podemos equivocarnos en la elección. Podemos creer que al aceptar todo lo establecido en una sociedad, por perverso que sea, nos adaptamos perfectamente y eso nos brinda las mejores condiciones de vida, podemos, mejor, priorizar la acción ampliando nuestra influencia en una dirección posible que de sentido a nuestra existencia.

Si creemos que todo está bien en el presente, y el futuro personal y social que entrevemos nos parece adecuado no cabe otro tema que seguir adelante, en la misma dirección. Pero quienes asi piensen no viven la realidad que nos ha tocado vivir. De otra parte, si pensamos que vivimos en una sociedad violenta, desigual e injusta, herida por crisis progresivas, inmediatamente reflexionamos sobre la necesidad de transformaciones personales y sociales profundas.

La Comunidad para el Desarrollo Humano no puede apoyar la Resolucion Concurrente Número 99 ya que la misma deja el paso libre a mayores desigualdades e injusticias, formas de discriminación y atropello, conviertiéndose de alguna manera; en cómplice de los culpables. Por tanto, la Comunidad para el Desarrollo Humano siente la necesidad de actuar para impedir que el Estado sea usado como instrumento de opresión, violencia y desigualdad, para lograr el respeto de la individualidad de cada ser humano, para promover la diversidad personal y afirmar que NINGUN SER HUMANO POR ENCIMA DE OTRO SER HUMANO Y NADA POR ENCIMA DE NINGUN SER HUMANO.

Nuesto objetivo consiste en promover la unión de fuerzas capaces de influir sobre vastas capas de la población orientando con su acción la transformación social del ser humano.

La Comunidad para el Desarrollo Humano espera que los dirigentes de este país velen por los intereses de todos los ciudadanos de Puerto Rico y no de aquellos corruptos y fundamentalistas que estan ajenos a las necesidades del ser humano porque lo único que les mueve es el individualismo y el egocentrismo rampante que siempre ha caracterizado a la sociedad puertorriqueña.

Atentamente,

Carlos A. Roman Roman
Presidente
Comunidad para el Desarrollo Humano